Avatar

All posts by:

Gloria Dorys Alvarez (22)

Doctora en Derecho de la Universidad Externado de Colombia y Licenciada en Filosofía y Letras

MAY 30

SEGUNDO FUE PRIMERO

SEGUNDO FUE EL PRIMERO

Por: Gloria Dorys Álvarez García

Primero se formaron la tierra, las montañas y los valles; se dividieron las corrientes del agua, los arroyos se fueron corriendo libremente entre los cerros, y las aguas quedaron separadas cuando aparecieron las altas montañas.

Así fue la creación de la tierra, cuando fue formada por el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, que así son llamados los que primero la fecundaron, cuando el cielo estaba en suspenso y la tierra se hallaba sumergida dentro del agua.

De esta manera se perfeccionó la obra, cuando la ejecutaron después de pensar y meditar sobre su feliz terminación.  Popol Vuh

Cuando vi en el chat familiar la propuesta de ascender al volcán nevado Cotopaxi, en Ecuador, me uní al grupo de aventureros sin pensarlo dos veces. Quizás en ese momento no era del todo consciente de las dificultades que implicaba la travesía, ni de todo lo que la naturaleza —y la esencia de quienes viven más cerca de ella— me enseñaría en el camino.

El 26 de marzo de 2024, nos encontramos en Quito para emprender una gran hazaña: ascender al majestuoso Cotopaxi.  A las siete de la mañana, tras tomar una taza de café negro con galletas de avena, nos ataviamos con gorros, guantes, bufandas y chaquetas, dejamos atrás el hotel.

El plan, abordar un taxi que nos llevaría en primera instancia al Terminal Terrestre de Quitumbe, situado en la Avenida Mariscal Sucre, desde allí tomaríamos un autobús que nos conduciría a la entrada del Parque Nacional Cotopaxi. 

Una vez en la calle, los desprevenidos expedicionarios nos lanzamos a la mañana quiteña y los susurros de su altura. Abordamos un taxi conducido por un joven indígena que no superaba los 32 años, de piel canela, complexión robusta, no muy alto, de rostro redondo y profundos ojos cafés, quien, en armonía con su cultura ancestral, llevaba el cabello negro azabache recogido en una cola. Supe de inmediato que era nativo de Otavalo, nací cerca de la frontera con Ecuador y he visitado muchas veces esa maravillosa ciudad. 

Nuestro nuevo amigo, Segundo, tenía como misión inicial llevarnos a la estación de  Quitumbe, en un recorrido que tomaría algo más de una hora.  Sin embargo, ya cerca del primer destino comenzamos a inquietarnos, pues, los buses que parten de esa terminal suelen hacer muchas paradas, esto podría retrasar la llegada y poner en riesgo nuestro encuentro con el azucarado coloso. Fue entonces cuando, para ganar tiempo, se nos ocurrió proponerle a Segundo que nos llevara directamente al Parque Nacional Cotopaxi.  Sin vacilar, nos respondió con la certeza tranquila de quien confía en su intuición:  “Yo no he ido antes, pero sé cómo llegar”. 

Segundo se sonreía fácilmente y parecía no inmutarse ante las prisas y sobresaltos del mundo; siempre lo vi confiado, sereno, dueño de una calma antigua. Hablaba quichua y español, y pronto entabló una conversación fluida con mi hermano, tal vez por la edad, la sencillez compartida o por una afinidad inmediata que no requería explicación. Le habló de su vida como taxista en Quito, de los rincones más emblemáticos de la ciudad y de las dificultades que encontraba al manejar ciertas aplicaciones en su celular. Mi hermano, ingeniero de formación y curioso por naturaleza, le ayudó con gusto. Así se dio entre ellos un intercambio sutil y valioso: un trueque moderno de saberes y experiencias, como en los antiguos mercados andinos, pero en movimiento y sobre ruedas.

Por mi parte, viajaba en el asiento trasero del taxi con la mirada atenta de cada letrero que se cruzaba con mi vista, pues, siempre me ha parecido un ejercicio divertido. Uno de ellos no se me olvida, lo vi a la salida de Quito, el de una modesta barbería llamada: «El hombre fiel«; lo comenté con mis coequiperos, quienes explotaron en una estrepitosa carcajada.  


Ya en la entrada del Parque Nacional Cotopaxi, Segundo se despidió de nosotros y nos deseó un buen viaje.  Pero, el universo en un giro inesperado tenía otros planes, apareció otro escollo; nadie nos aseguraba que después de descender conseguiríamos transporte de regreso.  

Fue entonces cuando a mi hermano le propuso: 

—Amigo, ¿cree que podría esperarnos unas tres horas mientras subimos hasta la media montaña?

Segundo, sin dudar un instante, respondió:
—Sí, claro, los puedo esperar.

Me sorprendió su respuesta, tan rápida y afirmativa. Esperaba, al menos, un silencio, una pausa, tal vez un «no«. Después de todo, ¿quién garantizaba que tardaríamos solo tres horas? ¿Y cómo iba a perder Segundo ese valioso tiempo, tan apreciable en su profesión de conductor?  A menos, claro, que hubiera cobrado un valor considerable con el que no contábamos en nuestros bolsillos.  

Pero antes de todo, primero el desayuno. En la cafetería del Parque Nacional nos aguardaba una mesa generosa con chocolate espeso, café humeante, jugo fresco, huevos al gusto y, por supuesto, el “seco de pollo”: una suculenta pierna bañada en salsa, acompañada de arroz blanco y papas cocidas.

Era menester prepararse para el desafío y, por su puesto, por la panza había que empezar. Segundo, se entregó con gusto al seco de pollo y al chocolate caliente. Tenía una sonrisa de oreja a oreja.

Terminado el desayuno, nuevamente, mi hermano tuvo otra ocurrencia: proponerle a Segundo que nos acompañara en la subida al Cotopaxi.  Pensé que se molestaría, que quizás, se negaría con una excusa razonable, porque no estaba vestido para la ocasión, para el frio extremo, no se había programado para ello. Llevaba apenas una chaqueta gris de algodón, un jean, cuya tela irónicamente tenía el efecto nevado – más decorativo que térmico- y unos tenis de lona azul.  

Pero, contra todo pronóstico, una vez más, aceptó sin reparos. Después comprendí que en lo esencial, Segundo estaba siempre preparado, con una voluntad abierta a lo inesperado.  

El siguiente paso era subirnos a una camioneta 4×4 que nos llevaría a las faldas del Cotopaxi.  Para hacer de ese momento una experiencia más aventurera, había que irse en el platón. A Segundo no le importaban los sacudones, más bien los disfrutaba y parecía gozarse el reto. A medida que avanzábamos, dejábamos cientos y cientos de pinos que con el viento parecían no solo  darnos la bienvenida, sino también regalarnos un aire que refrescaba no solo nuestros pulmones, sino también nuestra alma. 

Después de los pinos, el conductor de la camioneta hizo una pausa para que contempláramos, al mejor estilo Animal Planet, a mamá venado y su hijito venadito, a quienes no parecía importarles nuestra cercanía, solo disfrutar su mutua compañía. Más arriba, habíamos de encontrarnos con caballos salvajes de color chocolate oscuro que corrían a sus anchas con indómita libertad.    

Ya una vez llegamos a un punto donde todos los vehículos se estacionan, quedó ante nosotros el verdadero reto, subir al épico volcán.  Apenas iniciamos el ascenso, una de las alpinistas empezó a desfallecer por la falta de arie. Mi hermano y yo tuvimos que ralentizar la marcha para acompañarla. A pesar de la dificultad, insistía en llegar al siguiente punto, refugio José Rivas. Entonces, él la ayudaba de manera alternada, entre cargarla en sus hombros y caminar a su lado cuando recuperaba algo de su fuerza.  

Lo cierto es que la subida a medida montaña no era tan sencilla como habíamos imaginado, no solo se trataba de  técnica en la respiración, también resistir el frío, enfrentar la lluvia de granizo y sobreponerse a los rayos que impactaban con sus fuertes descargas eléctricas que nos desafiaban e intimidaban. Lo interpretamos como una voz de la naturaleza que dejaba muy en claro quien tenía el poder. 

Luego, alcanzamos a la media montaña, al refugio José Rivas: una cabaña de madera, con aires de chalet suizo, rodeada por la nieve. Sobre su techo volaban gaviotas andinas y, en los alrededores, merodeaban zorros de color rojizo. Qué alegría sentimos cuando llegamos, con la promesa de tomar chocolate con empanadas de harina con queso, aunque sinceramente nunca encontré el queso. 

En ese lugar hallamos a los sobrinos sentados en una mesa, acompañados por Segundo. Segundo había llegado primero, incluso antes que la guía, se había apersonado de cuidar de ellos. En el ambiente, se percibía una atmósfera de confraternidad y complicidad entre los tres. Pues, no hacían más que bromear sobre lo ocurrido, sobre las peripecias del ascenso. 

Nos encontrábamos en la media montaña, maravillados, extasiados ante la presencia imponente del Cotopaxi, un volcán de 5.897 metros que se alzaba majestuoso, como un cono de nieve. Se había manifestado con fuerza —con truenos, con granizo, con ese aire indómito que pone a prueba el alma del viajero, pero también había sido generoso. Nos permitió acercarnos a su grandeza, y lo hicimos acompañados por alguien que, sin decirlo, lo comprendía mejor que nosotros. Aquel hombre, sin el atuendo técnico ni los implementos adecuados, ascendió con naturalidad, como si el volcán reconociera en él a un viejo conocido.  

En el camino de regreso a Quito, vencidos por el cansancio y aún temblorosos por el frío, seguimos la recomendación de nuestro nuevo mejor amigo y nos detuvimos en un restaurante típico de la región, donde aprovechamos para calentarnos en su chimenea y probar un delicioso locro, un platillo ancestral producto de la tradición prehispánica, un caldo espeso y humeante preparado con varias clases de papas, cubos de queso fresco, achiote y cilantro, ¡oh!, me supo a “gloria”.

De vuelta a casa, hice un balance de lo que aquella expedición había significado, y, sí, comprendí que: Segundo había sido el primero, porque no estaba subyugado por el tiempo; su cultura, contacto y comprensión del verdadero espíritu de la naturaleza lo habían preparado mejor que nosotros para adaptarse a sus reglas. Era el testimonio de lo que los griegos llamaban ataraxia: imperturbable, sereno y tranquilo.  Dejaba que todo fluyera, que la vida lo sorprendiera sin miedo. Difícil olvidar todo lo que aprendí de él, justamente, de un hijo de la tierra que en otro tiempo fuera  parte de un imperio, del Imperio Inca, del Imperio “Tahuantinsuyo”.    


Has olvidado que el bosque era tu hogar?¿Qué el bosque grande, profundo y sereno te espera como un amigo? Vuelve al bosque allí aprenderás a ser de nuevo un niño. ¿Por qué te olvidaste que el bosque era tu amigo? Los caminos de las hormigas bajo el cielo, el estero que te daba palabras luminosas, el atardecer con el que juegas con la lluvia. ¿Por qué lo has olvidado?¿Por qué no recuerdas nada?”

Jorge Teillier, escritor chileno

MAR
2024
31

DEL DÍA EN QUE CONOCÍ A “OLÉCRANON”

“El nitrógeno presente en nuestro ADN, el calcio de
nuestros dientes, el hierro de nuestra sangre, el carbono
en las tartas de manzana… todos fueron creados en el
interior de estrellas que chocaron entre sí. Estamos
hechos del material de las estrellas.” Carl Sagan

Un 22 de diciembre, me levanté con los primeros rayos del sol,  con un único  propósito: Disfrutar del ambiente decembrino y comprar unas empanadas de harina con queso,  espolvoreadas con fino azúcar blanco que serían compartidas con la familia esa noche, en el marco de una reunión para  leer algo de la historia del nacimiento de Jesús y cantar uno que otro villancico. De hecho, había anunciado a la parentela con mucho entusiasmo y  anticipación tan navideña invitación.  Así, que todo pintaba muy bien. 

Pero, como dice el viejo y conocido adagio popular: “Una cosa piensa el burro y otro el que lo arrea”.  Porque, el universo tenía trazado algo distinto para mí: Salí de casa, con el ánimo de siempre, y la alegría que trae esa época; mas cuando ya estaba cerca del centro de la ciudad, al cruzar una esquina, en milésimas de segundos, un hombre con su moto,  me botó al piso, en un intento frustrado por llevarse un pequeño bolso de cuero que no tenía gran fortuna, sino lo del convite y una pequeña sombrilla negra envejecida por la lluvia y el sol.   

Ya una vez, en urgencias, el médico general ordenó, conforme al protocolo, la práctica de una radiografía del codo derecho. Desde luego, el examen se hizo con suma rapidez y con la entrega de los resultados, sentí  cierta ansiedad, nerviosismo  y preocupación por saber qué me había pasado; temía una fractura del codo derecho, ya que éste había recibido todo el peso del cuerpo en la caída.  Y, ciertamente, acerté; se trataba de una: “Fractura de trazo oblicuo de olécranon no desplazada”. Fue entonces cuando fui verdaderamente consciente  del desafío que me imponía la vida.  Y también  cuando empecé a interesarme por “olécranon”. 

Según supe por  Wikipedia: “La palabra «olecranon» viene del griego olene, que significa codo, y kranon, que significa cabeza”.  Se trata de un hueso tan importante que ningún movimiento del brazo puede realizarse  sin su ayuda.  En efecto, muchos movimientos diarios que juzgamos como sencillos  tienen que ver con él, como: Alzar la mano para tomar el taxi, vestirse, cambiarse de ropa, peinarse,  cepillarse los dientes, escribir, comer, bañarse etc… En general, casi todos los hábitos cotidianos.  

Lo siguiente, después de la toma del examen de rayos x, sería conocer el concepto del ortopedista y cuál el procedimiento a seguir.  Para ello, hube de acudir al día siguiente, a primera hora, al Hospital Departamental. Curiosamente, mientras lo esperaba, por uno de los parlantes se podía escuchar la novena del día número octavo, con las oraciones, las consideraciones y los  villancicos de antaño.  Oírla  fue una plácida anestesia, sentí  una enorme emoción, alegría y esperanza.

En ese entretanto, en la sala de espera, supuse  que el ortopedista sería un hombre de mediana edad, de cabello nevado y adusto semblante. Porque, justamente, ese era el estereotipo del profesional que había imaginado en mi cabeza.  Pero no acerté, porque quien me atendió era un joven carismático, tendría, a lo sumo,   35 años de edad.  Y, quien, según pude constatar después en Internet, ostentaba una brillante hoja de vida dentro de la que se destacaba también su vocación por el  servicio  a la comunidad.  No se me olvidará nunca su nombre,  David Cabrera.  Minutos después de revisar los exámenes, me llamó y me dijo: “Le tengo buenas noticias, no será necesaria una cirugía.  Probablemente, en tres meses se recupere.” Después, me indicó el uso de un cabestrillo y las recomendaciones a seguir. Con el tiempo, y a la luz de los  conceptos de otros  especialistas, su dictamen fue calificado como muy acertado.  

Pero con  todo, subsistía otra preocupación: Durante muchos años, había soñado con ir al Polo Sur, viajar a Puerto Natales y conocer los glaciares de Balmaceda y Serrano en la Patagonia Chilena. Por fortuna, se salvó el viaje, bajo el compromiso de seguir algunas prescripciones médicas.  Y así pudo ser, pese a esa especial circunstancia del brazo derecho.

Después de viajar seis horas en avión, desde Bogotá a Santiago; luego, tres hasta Puerto Natales; y de allí, dos horas en catamarán con destino al  Estrecho de Magallanes, llegamos, por fin,  a la Antártica Chilena.  En ese apoteósico instante, mis ojos fueron testigos del  pálido azul más bello del mundo, ese que distinguía a  los imponentes glaciares de Balmaceda y Serrano.  Tonalidad que contrastaba con  el color esmeralda de las lagunas de agua cristalina que los circundaban.  Respirar el aire fresco de ese apacible lugar, no solo oxigenó mis pulmones, sino  que también trajo un aire de renovación para mi espíritu y mi alma.

Hoy, cuando escribo este blog, se cumplen tres meses  desde que supe de la existencia de “olécranon”.  Miro al espejo retrovisor y hago un balance de todo lo aprendido, vivido y superado.  Y más allá de saber que existen ángeles como: La familia, los amigos, los médicos y tantos seres de buena voluntad.  Y de haber aprendido a escribir y a comer con la mano izquierda. Me asombra haber visto y sentido cómo el cuerpo humano es una obra perfecta de ingeniería que puede restaurarse y renovarse por sí sola. Nuevos tejidos juntaron lo que se habría separado. La fractura es cosa del pasado, y “olécranon” volvió a estar como nuevo. 

Descubrí, como dice Sagan, que nuestros huesos están hechos del material de las  estrellas;  que somos parte de un universo –y, con él, de sus avatares-, de un todo y, que, es ese todo, el que nos salva.

¡Olé, Olécranon¡

ABR
2023
06

¿ MIEDO A ESTAR SOLO O ALEGRE DE ESTAR SOLO?

Por: Gloria Dorys Álvarez García

Si te sientes solo cuando estás solo, estás mal acompañado” Jean Paul Sartre

Robin Williams ​fue un actor y comediante estadounidense, ganador de un premio Óscar, cinco Globos de Oro, un premio del Sindicato de Actores, dos premios Emmy y tres premios Grammy. Pese a su gran éxito, luchó con problemas de bipolaridad y depresión que lo llevaron a un triste desenlace el 14 de agosto de 2014. Fue una verdadera paradoja que hubiera logrado trasmitir tanta alegría a su público, mientras su corazón se sentía triste. Aunque vivía acompañado, de su esposa, murió sintiéndose solo, por lo que alguna vez dijo: “ Solía pensar que la peor cosa de la vida era terminar solo. No lo es. Lo peor de la vida es terminar con gente que te hace sentir solo”.

Hablar de soledad no es nada fácil, porque se trata de un concepto muy complejo que involucra nociones como: El ejercicio de la libertad (soledad elegida), en contraste con la necesidad del ser humano de relacionarse en sociedad y obtener mayor seguridad (compañía). Desde luego, en los casos extremos podemos ubicar: Por un lado, al ermitaño y en el otro al que sufre del miedo irracional a estar solo (auto fobia).

De hecho, para algunos autores como, Sócrates, en su libro la Política: “El hombre es un ser social por naturaleza«, razón por la que la compañía es una condición inherente que le permite a la persona vivir y participar en la comunidad. No obstante, pensadores, como Nietzche, ven en la soledad una gran virtud: La valía de un hombre se mide por la cuantía de soledad que aguanta.”

Ahora, a mi modo de ver, dentro de las clases de soledad, está la soledad elegida, como expresión de la libertad y autonomía y como senda para auto conocerse; aclarar ideas y sentimientos; crecer espiritualmente; reflexionar y meditar, como lo hace el personaje de Zaratustra de Nietzche en “ Así habló Zaratustra”; dialogar interiormente; elevar el espíritu; contemplar; crear, o, simplemente, para disfrutar de un gusto especial que no es fácil compartir con otros, o de la soledad que se requiere para escribir este humilde blog.

De algún modo, como lo dice Sartre en su frase: “El infierno son los otros”, el vivir en sociedad necesariamente implica adaptarnos y adecuarnos a los otros, a sus costumbres y a sus códigos de conducta. Pero en la soledad elegida, en esa isla o burbuja de confort que crea ese aislamiento, pareciera haber un espacio para liberarse de las reglas y cánones sociales para expresar más nuestra esencia, disfrutar de mayor libertad, y transitar, así, por el camino que conduce a la autenticidad, tal como lo diría, Ortega y Gasset.

Pero también está la soledad impuesta que, a diferencia de la anterior, no se busca, sino que por circunstancias de la vida se padece. Esa soledad fría que nos aterra, y que es el destino quien la trae. Esa que demanda de nosotros una gran dosis de madurez emocional y espiritual. En la que la persona tiene miedo a quedarse sola consigo misma, creyendo que para lograr la felicidad necesita de otra persona, tal y como ocurre en algunas relaciones de pareja que subsisten no por amor, sino por apego y dependencia emocional.

Ahora, pareciera que los términos: soledad y compañía necesariamente fueran opuestos. Sin embargo, en la frase del actor, Robin Williams, se pone en evidencia la terrible posibilidad de sufrir de soledad aún con compañía; originada, quizás, por el desamor, el desinterés o la indiferencia del otro o de los otros, como ocurre en algunos hogares donde a pesar de compartir un mismo techo, no hay conexión, ni empatía como tampoco comunicación.

Por tanto, ante esa ineludible realidad, la clave de la solución puede estar en la sana actitud del ser humano de utilizar o encarar sabiamente la soledad. Pues, algunas veces ésta puede convertirse en una gran fortaleza cuando sirve para construir, pero en otras, puede resultar una debilidad, dada la vulnerabilidad de aquel ante particulares circunstancias, en cuyo evento, el acierto estará en acudir a ese gran poder que vendrá de una compañía constructiva y positiva. De ahí, como dirían las abuelas: “Uno se hace al ambiente”. Es decir, simplemente, se adaptará dúctil e inteligentemente al momento, haciendo de la compañía o la soledad una aliada, según corresponda a cada situación.

Ojalá, la Semana Mayor se constituya en el tiempo para reflexionar sobre la bendición de contar con la compañía de la familia, de los amigos y de los seres bonitos que nos rodean. Igual, para quienes buscan la soledad constructiva, que ésta sea la oportunidad propicia para el crecimiento personal y para aceptar el reto de sentirse a gusto con el propio yo. Del mismo modo, para meditar, orar, extasiarnos y contemplar la creación divina. También, para acercarnos al otro. Y, si bien, no es fácil cumplir el mandato de amar al prójimo como a uno mismo, como lo ordena la Biblia en Mateo 22:37, al menos, se puede intentar tratar con amabilidad y empatía al prójimo: Un saludo, una sonrisa, un gesto amistoso, una respuesta considerada, o un acto de solidaridad; aliviarán la carga de quien se siente solo o sola en el trasegar por este mundo.

La soledad es una realidad, puede ser una aliada o una enemiga, tan bella como fea, tan dulce como amarga y tan lejana como cercana; entonces, como dice el cantante, Rolando Laserie: “Hola, soledad. No me extraña tu presencia.”

ABR
2022
25

EL ESPAÑOL: UN IDIOMA CHÉVERE

Por: Gloria Dorys Álvarez García

“Los límites de tu lenguaje son los límites de tu mundo”

                Ludwig Wittgenstein

Desde  1946, a iniciativa del escritor español Vicente Clavel Andrés, se celebra el  23 de abril como el Día del Idioma, esto como una forma de rendir tributo a Miguel de Cervantes Saavedra, más conocido como el “Manco de Lepanto”, autor del célebre Quijote de la Mancha. 

Recuerdo que, en mi época de colegiala, a instancias de las profesoras de Español, solíamos hacer algunas actividades para destacar la importancia del idioma español con carteleras y programaciones especiales en las que recitábamos con profunda emoción y dramatismo  los poemas de Neruda, Amado Nervo o del nariñense Aurelio Arturo, famoso por su magnífico poema Morada al Sur, que  hace evocar las  montañas del bello departamento de  Nariño “…donde el verde es de todos los verdes”, y en el que mi verso favorito proclama : “Yo subí a las montañas, también hechas de sueños, Yo subí, yo subí a las montañas donde un grito
persiste entre las alas de palomas salvajes”.

Este maravilloso idioma tiene la virtud de contar con un amplio universo de  palabras, tan grande que todos los días nos sorprende una nueva.  En especial, el idioma español se destaca por lo que los estudiosos en lingüística han denominado como  “polisemia”: característica léxica en la que  una palabra o signo lingüístico tiene varios significados, como por ejemplo: En el diccionario de la RAE, la palabra gato tiene las siguientes acepciones : felino, herramienta para levantar algunos pesos, persona nacida en Madrid,  bolso o talego en el que se guarda el dinero o instrumento de artillería. Polisemia que puede ser fuente del buen humor cuando las palabras polisémicas se utilizan para tomar del pelo a los demás,  como cuando alguien refiere que una persona anda con un gato, para dejar volar a la imaginación y dejar pensar si aquella está acompañada por un felino, lleva un instrumento para levantar un carro, carga un bolso o un instrumento de artillería. 

También, el idioma español es tan rico que, por virtud de la sinonimia, un mismo significado puede decirse con diversas palabras, de manera que para lisonjear a Patrick Dempsey –protagonista de la película Encantada y de la serie Grey Anatomy-, podemos decirle: bonito, hermoso, guapo, precioso, lindo, agraciado, majo, elegante, escultural, fino, guapetón, atractivo, majestuoso o  pimpollo. 

Ni que decir de palabras tan bellas y musicales,  como por  ejemplo: mamá, amor, amado, poesía, luna, nube, utopía, almohada, lapislázuli,  sublime, épico, inefable, espléndido, serendipia, etéreo, epifanía, amatista, rubí, ónix, onírico,  arrebol, iridiscencia,  almíbar, sempiterno, bruma, nostalgia, plenitud, allende, sinfonía, cardumen,    boreal, arquitecto, elixir, perfume, bálsamo, exultar, arrullar, pundonor, buqué,  gentil y motoso -dícese, especialmente en Bogotá,  de una pequeña siesta-   

Ahora, con relación al  alfabeto del idioma español, según la Real Academia de la Lengua Española,  está conformado por  27 letras, esto tras la eliminación de la ch y la ll , por considerarse como  dígrafos, es decir, un conjunto de letras o grafemas que representan un fonema. 

Y es sobre este dígrafo que tengo una pregunta que hasta ahora no he logrado responder: ¿Qué le  ha hecho la desdichada “ch” al idioma español para que gran parte de las palabras que la contienen tengan un sentido  peyorativo, burlón o venido a menos? 

En efecto, si algo parece burdo u ordinario se le dice chichipato o chabacano.  Si se quiere aludir a un modesto grupo de personas, entonces, se le califica como  la chusma, tal y como lo hace doña Florinda cuando advierte a Quico de  las consecuencias de andar con la “chusma chusma”.  Si se desea denostar de una persona “clásica” se le tilda de  “chuchumeco”.  A quien ha perdido el juicio, sobre todo en España, se le dice: “Tío, estás Chalao”. Y si un cachaco quiere decir que una conferencia estuvo aburrida dirá que estuvo, “pachuca”.  Eso por citar algunos ejemplos. 

De manera que en el español  existen palabras que no le hacen justicia a la desafortunada “ch” , que como acabamos de ver no es ni siquiera una letra. Sin embargo, por fortuna, está la palabra:  “chévere”, incluida en el diccionario de la Real Academia Española, muy útil para aludir a  muchas cosas y todas siempre positivas.  “Chévere es una palabra muy chévere«, dice Daniel Samper Pizano, periodista y miembro de la Academia Colombiana de la Lengua.  Término mayormente empleado en los años 60 para aludir a lo agradable, fantástico o excelente.  Es así como los hippies, subcultura basada principalmente en el pacifismo, la ecología y el amor libre, acudían mucho a este vocablo por su manera de ver la vida. Así que,  si se le hubiera preguntado a un hippie, cómo se sentía, sin duda, le habría contestado: “chévere».

Así, el Español es un idioma de origen romance; vivo;  seductor; encantador por su riqueza expresiva; conformado, según el Diccionario de la Real Academia Española por aproximadamente 100.000 palabras; y  el tercer idioma más hablado en el mundo, después del Mandarín y el Inglés, con el primero y segundo puesto, respectivamente.

Amigos y amigas: Cómo verán, el español es un idioma muy chévere.  

 ¡Que viva el idioma español!

SEP
2021
16

¿ CARPE DIEM O LA NOSTALGIA DE QUE TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR?

Medianoche en París, una perspectiva cultural – ARTENEA

En la película “Media Noche en París”, Gil Pender, un nostálgico guionista estadounidense que intenta concluir su primera novela en torno a un hombre que trabaja en una tienda de nostalgia, tiene una experiencia mágica. Luego de una noche de cata de vinos, Gil camina un poco ebrio por Paris hasta perderse.  Todo se ve normal, pero, al llegar las doce en punto, un auto antiguo aparece, lo recoge y asombrosamente se embarca en un viaje al París de los años 20. 

Ahí, conoce a sus ídolos literarios y a muchos artistas de la época como: los esposos y escritores Scott y Zelda Fitzgerald; el compositor de música popular, Cole Porter; el nobel de literatura y periodista, Ernest Hemingway; la literata, Gertrude Stein ;  los pintores y escultores, Salvador Dalí y  Pablo Picasso; como también a la amante de este último, Adriana, con quien, pese a ello, Gil tendrá una relación amorosa. 

Sin embargo, hay una inconformidad común en estos dos personajes.  Pues, tanto Adriana como Gil no están contentos con las épocas en la que les tocó  vivir, dado que siempre están evocando una época anterior a la suya.  Así, Gil,  entre más tiempo pasa con estos héroes culturales de la París bohemia de los años  20, más insatisfecho está con el presente y siente nostalgia por los años 20.  Mientras que Adriana añora el tiempo glorioso del Paris de los años 1871 a 1914, conocido como, la “Belle Époque”.   

En efecto, el carruaje transporta a los pasajeros a la “Belle Époque”, una época que Adriana considera como la Edad de Oro de París. Allí, se trasladan a los principales centros nocturnos de entretenimiento, como el Moulin Rouge”, donde se encuentran con los artistas: Henri de Toulouse-LautrecPaul Gauguin y Edgar Degas. A quienes, Gil, indaga sobre cuál fue la mejor época, y quienes no dudan en contestar, al unísono, que fue el  Renacimiento

No obstante, cuando Gil cae en cuenta que nadie está contento con la época en la que le correspondió vivir.  Ya que diferentes personas anhelan distintas «edades doradas», deduce que, a pesar del encanto de la nostalgia, cualquier momento puede, eventualmente, convertirse en un «presente aburrido», por lo que concluye que es mejor abrazar su presente real. De modo que decide abandonar a Adriana para volver al año 2010 e instalarse en Paris.

Esta película dirigida por el célebre y polémico Woody Allen y ganadora de los premios Oscar, Globo y Goya, lleva a una reflexión muy interesante en torno a la idealización del ayer a través de la nostalgia, así como a la importancia del pasado, presente y futuro en las preocupaciones humanas . ¿Pero qué es la nostalgia?, ¿Por qué tenemos la tendencia a pensar que todo lo pasado fue mejor?, y ¿Qué es lo más importante en lo que debemos concentrar nuestra atención para ser felices: el pasado, el presente o el futuro?

Así, la mejor definición de nostalgia, en mi opinión, es la traída por el columnista de BBC Future,  Tom Stafford, cuando señala: “El pasado no sólo es un país extraño, sino que es uno del cual todos estamos exiliados. Y al igual que en todos los exilios, a veces añoramos volver. Ese anhelo se llama nostalgia.”

En “Vivir para Contarla”, García Márquez describe magistralmente algunas escenas autobiográficas sobre hechos simpáticos, pintorescos, pero también particularmente contradictorios, en los que los singulares habitantes de Macondo añoran la época de la prosperidad económica que habría traído a la región la multinacional estadounidense, United Fruit Company, a través de los adelantos propios de la modernidad, a modo de ejemplo: la luz eléctrica, el cine y el tren. De manera, que nuestro Nobel de Literatura deja claro en esta obra cómo la memoria colectiva macondiana prefirió quedarse con los recuerdos cómodos y positivos que les trajo el auge económico bananero, para desechar de su memoria los incómodos y negativos de la explotación laboral.  De ahí que dice: “La nostalgia, como siempre, había borrado los malos recuerdos y magnificado los buenos.”

Todo lo anterior, lleva a pensar que en todas las etapas de  la historia universal siempre ha habido encantos y desencantos: desigualdad social y económica, discriminación, guerras, homicidios, crímenes, pujas por el poder donde se han manifestado los peores defectos de la raza humana. Pecados de los que ni siquiera se salvó “La Belle Époque”, que aunque fue conocida por el esplendor cultural, artístico y económico de Francia, por Monet o Degas y por los icónicos cabarets: “Chat Noire”, “El Moulin Rouge” o por la “Casa del Can Can”.  No lo fue tanto, pues si bien fue un periodo de mucha prosperidad para los más ricos, fue de  mucha desigualdad y explotación para los más pobres. De manera que su nombre “Belle Époque” parece haber sido más bien el resultado de una etapa que se miró con nostalgia por haber precedido a la Primera Guerra Mundial. Como el que le podríamos asignar al tiempo que antecedió a la pandemia Covid-19, por corresponder a una época en la que no imperaban las restricciones que hoy existen al acercamiento físico entre personas. 

Contrario sensu, hay buenas razones para cuestionar la frase de Jorge Manrique, cuando dijo: “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Ya que su misma formulación resulta inexacta en cuánto al alcance de la expresión “mejor”: ¿mejor en qué aspecto?.  Con todo, puede decirse que, pese a algunas involuciones en la historia de la humanidad -escasa importancia de los valores humanos y cívicos, por ejemplo-, sí ha habido progreso en algunas áreas: (i) Hoy, el promedio de vida es mayor que el de antes; (ii) Algunos grupos, como el de las mujeres, ha logrado importantes conquistas sobre sus derechos; (iii) paulatinamente, va tomando fuerza la preocupación por el cuidado y conservación del ambiente; y (iv) los avances tecnológicos y científicos han implicado también un mejoramiento en las comunicaciones y en la calidad de vida. 

Ahora, si intentamos responder la misma pregunta, ya no frente a las épocas históricas, sino al pasado, presente y futuro de un ser humano, la respuesta podría estar en la definición de una fórmula en que se mezclen estos tres tiempos de una manera integral, equilibrada y armónica:

El pasado: Ver el camino que se ha recorrido es necesario para reafirmar de qué estamos hechos, saber de nuestro tesón, la fortaleza y capacidad de resiliencia. Conocer nuestra propia historia nos permite saber de dónde vinimos, quiénes somos y evaluar los errores del pasado para no repetirlos. Con todo, dentro del inventario de recuerdos, la mente humana debe ser capaz de realizar un tamizaje de la clase de recuerdos para erradicar los que entristecen, enferman o envenenan el alma a fin de  dejar solamente los constructivos y positivos.  Positivos, como la nostalgia feliz y saludable, tal y como la entienden los japoneses con la palabra natsukshi- La nostalgia de algo que recuerdas con cariño-, solazando el espíritu con el recorrido de las antañas fotografías del álbum familiar, escuchando la música o leyendo las revistas, los libros o los comics de la infancia y la juventud; O recordar cómo se conoció al primer amor.

El presente: El aforismo “carpe diem”, muy de moda por estos días en la literatura de la auto superación, acuñado por el poeta romano Horacio y que se ha traducido como: “vivir el aquí y el ahora”, también debe aplicarse de una manera armoniosa, en el sentido de vivir intensamente y disfrutar el presente, sin subvalorar la importancia del futuro y del gusto por soñar.  Al punto que el doctor Ryan Howell ha propuesto su morigeración como: “carpe diem equilibrado” que, a su juicio, consiste en “vivir el momento para aumentar las emociones positivas y las relaciones sociales, pero siendo conscientes de nuestra capacidad financiera”, sin dejar de lado la planificación de la economía doméstica. Una fórmula para alcanzar la felicidad, sentencia este psicólogo, que nos permitirá disfrutar del presente sin influir negativamente en el futuro. 

El futuro: Mirar, desde el presente, al futuro, soñando y organizando planes. Sin angustia, ni preocupación, o exceso de ansiedad, pero sí con confianza en sí mismo, compromiso y determinación. Así, algunas veces, el solo hecho de pensar en un hecho que ocurrirá en el futuro de por sí genera una alegre expectativa.  Como en “El Principito”, cuando su amigo el Zorro le expresa al Principito: “Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, a partir de las tres empezaré a ser feliz. A medida que se acerque la hora me sentiré más feliz. Y a las cuatro, me agitaré y me inquietaré; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, no sabré nunca a qué hora vestirme el corazón… Los ritos son necesarios.”  

Por tanto, queridos amigos y amigas: Ninguna época de la historia puede considerarse de modo absoluto como la mejor o la peor. Del mismo modo, los tiempos de la vida de un ser humano –pasado, presente y futuro- confluyen y se articulan como una sola integralidad. En donde ninguno debe pesar más que el otro en la construcción de la felicidad. Por ello, debe aclararse que el pensamiento excesivo y predominante de cualquiera de estos tres tiempos puede derivar en consecuencias nocivas  para la salud mental y emocional: 

En efecto, pensar mucho en un pasado triste puede llevar a la depresión.  Al igual, anquilosarse en el pasado y negarse aceptar los cambios puede significar la negación del presente.  Lo propio sucede cuando la atención se concentra exclusivamente en el presente sin responsabilidad en las consecuencias futuras, ya que esta forma de concebir la vida solo logrará una felicidad efímera y fugaz con un futuro incierto. De igual manera, cavilar desproporcionadamente en el futuro puede generar ansiedad o angustia.  

De modo que la mezcla de estos tres, tal como si fuera una receta de cocina, debe hacerse en partes iguales, en una forma armoniosa y equilibrada con la convicción de que existe un pasado que trae aprendizaje, crecimiento personal, o, a veces, nostalgia; también, un presente que ha de tomarse del universo como un regalo para vivir y disfrutar intensamente, pero con responsabilidad de sus consecuencias; y, desde luego, un futuro  en el que el hombre es el creador, inventor y forjador de sus propios sueños. 

Por esa razón, con sabiduría, Buda dijo: “Lo que hoy somos descansa en lo que ayer pensamos, y nuestros actuales pensamientos forjan nuestra vida futura: nuestra vida es una creación de nuestra mente. Si un hombre habla o actúa con una mente pura, la dicha lo seguirá como una sombra”. 

Hoy es siempre – Gustavo Adrián Cerati.

JUN
2021
20

MI PAPÁ, MI HÉROE

Por: Gloria Dorys Álvarez García

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre”. Gabriel García Márquez

Hoy, en el Día del Padre, en medio de tantos detalles y atenciones para el “rey de la casa”, escuchamos muchas canciones en honor a los papás, algunas hermosas. Pero, otras que bajan la moral a cualquiera por más bien intencionadas que sean sus letras. Me refiero a : “Viejo mi querido viejo” . ¿Por qué a Piero se le ocurre decirle al papá “que la edad se le vino encima”? O que “El dolor lo lleva dentro”?. Cuando este es un día para homenajearlos, reconocer sus cualidades y expresarles nuestro amor y agradecimiento.

Por esta razón, me parece una buena idea hablarles de Jorge Álvarez: Un hombre extraordinario de espíritu jovial que no pierde la oportunidad para recordar sus orígenes antioqueños con la historia de la llegada, del abuelo Simón Álvarez, en 1890, desde Jericó, al municipio de Samaniego, Nariño. Destaca su gusto por el carriel, la mazamorra y los frijoles paisas. Le gusta levantarse con los tiples y bandola de la música colombiana. De él heredé su gran sentido del humor que no lo pierde ni siquiera en los momentos más aciagos y críticos. Un brillante topógrafo reconocido por su importante participación en el trazado de la carretera Mocoa-Pitalito. Un hombre que intenta calcular y medirlo todo en todo momento y lugar. Y de ello da cuenta una simpática anécdota: Alguna vez, en una visita a Bogotá, intentó, desde el puente peatonal de la Avenida Dorado con calle 58, contar cuántas rutas de buses transitaban en media hora, en el sentido oriente occidente. Sin embargo, no fue tan fácil tal cálculo, por lo que para observar mejor, se vio precisado a levantar una pierna. En ese momento, uno de los policías auxiliares que custodiaban el puente, mal interpretó la acción del curioso observador como un intento de atentar contra su vida, por lo que visiblemente preocupado lo conminó inmediatamente a abandonar tal misión.

Como él, hay muchos padres que han entregado sus mejores consejos, su mejor tiempo y toda su paciencia día a día para preparar a sus hijos e hijas en este sinuoso e impredecible viaje que se llama vida. Trabajaron, trabajan y trabajarán con tenacidad para hacer posibles los pequeños y grandes sueños de sus vástagos. Hombres imperfectamente bellos. Verdaderos héroes anónimos que nos prepararon y entrenaron para enfrentar las vicisitudes de este mundo. Y que ya en nuestra adultez se convierten en nuestros excelentes e incondicionales amigos. También, hombres que sin tener la calidad de padres biológicos, fungen como padres espirituales, desbordando su sentido paternal de manera tan profunda y generosa desde su condición de: hermanos, tíos, abuelos, maestros o simplemente amigos. Seres maravillosos, que provocan frases tan curiosas como la de mi sobrino, David Arturo, cuando a sus 6 años, disgustado con su madre, dijo: “Mi mejor mamá es mi papá”

Para todos esos padres amorosos, mi admiración en este día.

¡Feliz día del padre!

MAY
2021
01

¿ES EL TRABAJO UN CASTIGO?

Por: Gloria Alvarez

“Trabaja en algo, para que el diablo te encuentre siempre ocupado”

 San Jerónimo

Según el Negrito del Batey: “El trabajo es un enemigo…porque el trabajo lo hizo Dios como castigo.” Pero en The Pursuit of Happiness (En busca de la felicidad), película autobiográfica del millonario, Chris Gardner, protagonizada por Will y Jaden Smith, concluye que el esfuerzo, la tenacidad y la dedicación tienen una recompensa:  

En 1981, Chris Gardner opta por la mala idea de invertir todos sus recursos en la compra de escáneres de densidad ósea portátiles que intenta vender a los médicos.  Sin embargo, esta inversión resulta todo un fracaso que dejó en la bancarrota a la familia, al punto que su esposa lo abandona.  Pese a todo Chris no se amilana ante tanta pobreza y dificultades.  Pues, sigue luchando para darle una buena vida a su única familia, su pequeño hijo.  Fueron muchas sus penurias económicas: Tuvo que alimentarse en comedores de beneficencia; durmió en la calle, en parques, en los baños de aeropuertos como los de Oakland y San Francisco y hasta debajo de un escritorio. Después de levantarse una y otra vez, su olfato financiero lo llevó, tras un año de aprendizaje, a hacer parte de Bear Steams & Company .  Y en 1987, fundó su propia empresa de inversiones: Gardner Rich. Hoy, es un hombre acaudalado cuyo testimonio de vida es fuente de inspiración y superación para muchas personas en el mundo. 

Hoy, 1º  de mayo, cuando se conmemora a nivel mundial el Día del Trabajo en memoria de  la Huelga de Chicago de 1886, pienso que es una oportunidad propicia para preguntarnos: ¿Es el trabajo un castigo?

Recuerdo que una buena tarde, nos sentamos a conversar con mi papá, alrededor de una taza de café.  Y concluimos que el trabajo nos permitía: mejorar nuestra calidad de vida, realizar nuestros sueños, servir a los demás, sentirnos útiles  y disfrutar la satisfacción del trabajo bien hecho.

Desde luego, reconozco que, en algunos casos, hay labores poca gratas, como la del sepulturero o la de quien tiene a su cargo la recolección de la basura.  Empero, como dicen las abuelas: “Uno se hace al ambiente”.  

Lo cierto es que ninguna profesión, ocupación u oficio es menos importante que las otras.  Si no, intente lustrar unos zapatos, a ver cómo le va, nunca los dejará como el experto lustrabotas, quien con su cajita mágica los pondrá a brillar como nuevos. 

Siempre se requiere contar con un conocimiento, un saber; manejar un arte o un don; y aplicarlos. Todos necesitamos de todos.  Y en la medida en que realicemos nuestras labores con entusiasmo y compromiso, todos ganamos.

El trabajo, para Chris Gardner, se constituyó en una forma de buscar la felicidad porque le permitió superarse y demostrar sus capacidades. Y para mí, es una bendición.  

Feliz Día del Trabajo. Y el lunes a trabajar, nada de seguir al filósofo del Batey.

MAR
2021
19

Día Internacional del Hombre, más que una simple celebración

Por: Gloria Dorys Álvarez García

Y Dios creó al hombre a su imagen. Lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó.

Génesis 1:27

Pese a que el estado colombiano fue proclamado como un estado laico en la Constitución de 1991, su fuerte influencia católica se pone en evidencia, con la fecha escogida para celebrar el día del hombre, ya que coincide con el día de San José, por considerar que este santo representa un ejemplo a seguir por los varones.

Hoy, 19 de marzo, en nuestro país, muchas mujeres se expresan a través de mensajes en las redes sociales o de manera personal, con pequeños detalles, gestos y atenciones que pretenden halagar a los hombres y hacerlos sentir muy especiales en sus respectivos entornos. Sin embargo, ¿se conoce realmente la razón de su celebración? o ¿ corresponde a un acto de reciprocidad en gratitud a la lluvia de rosas, chocolates, invitaciones, serenatas, regalos o atenciones hechas el pasado 8 de marzo?.

La historia empieza en 1992, cuando el profesor de la Universidad de Missouri – Kansas, Thomas Oaster, ​ establece, respaldado por la ONU, el Día Internacional del Hombre con el objetivo de afianzar los lazos entre el género y fomentar la salud y el bienestar masculinos.

Solo hasta 1999, la celebración cobró popularidad y comenzó a trascender el ámbito internacional, cuando la directora del Programa Mujeres y Cultura de Paz (Women and Culture of Peace Programme) de Unesco, Ingeborg Breines, apoyó la iniciativa de elegir un día internacional para el varón, pues la consideró «una excelente idea que proporciona un poco de equilibrio entre géneros«. ​

De igual manera, la celebración del Día Internacional del Hombre, cada 19 de noviembre, se entrelaza con el “Movember” (contracción en inglés de Moustache bigote y November noviembre), ​ evento mundial que tiene lugar durante todo el mes de noviembre, con el propósito de crear conciencia sobre temas de salud de los varones. Es así como durante ese mes se invita a que los varones dejen crecer sus bigotes, con el fin de difundir el mensaje y así ayudar a concienciantizarlos sobre la importancia de cuidar su salud, en torno a la prevención de afecciones muy específicas como el cáncer de próstata, las enfermedades cardiovasculares o el suicidio. En efecto, sobre el estudio del suicidio masculino como un fenómeno de género, se ha ocupado Anne Maria Maria Möller-Leimkühler en su trabajo investigativo The Gender Gap in Suicide and Premature Death or: Why Are Men So Vulnerable? (La brecha de género en el suicidio y la muerte prematura o ¿por qué son los hombres tan vulnerables?).

En definitiva, es claro que el día del hombre no amerita celebrarse como un evento social más, solo para felicitarlos por su condición de hombres, sino que se constituye en una magnífica oportunidad para llamar su atención sobre los valores, particularidades y problemas que los aquejan. Y en punto a las diferencias existentes entre la naturaleza femenina y masculina el Yin y el Yang, como califica esta dualidad la filosofía taoista, estas no deben verse como un fundamento de contraposición o rivalidad, sino como una razón para la complementariedad en una relación sinérgica, con diferentes perspectivas que enriquecen tanto al hombre como a la mujer.

No en vano Stephen Covey ha dicho: “No comprenden que la fuerza misma de la relación reside en que en ella se cuenta con otro punto de vista. Igualdad no es identidad, la uniformidad no es la unidad. La unidad o la identidad suponen complementariedad, no igualdad. La igualdad no es creativa

De manera que, si detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, igualmente, detrás de una gran mujer siempre habrá un gran hombre.

Un abrazo satelital para todos los hombres hermosos de espíritu y de alma que hacen más feliz y alegre mi vida. A ellos, Gracias.

MAR
2021
08

Las Grandes mujeres

“En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces”.

Gabriel García Márquez 

Un apoteósico hecho acaeció,  en la tarde del 18 de febrero de 2021, cuando el robot Perseverance se posó sobre el cráter Jezero de la superficie marciana. Esta vez, a diferencia de ocasiones anteriores, la NASA, decidió, por primera vez, que la trasmisión de un aterrizaje robótico como éste se hiciera en idioma español.    La elegida para tan épico  relato fue una mujer colombiana,  la ingeniera aeroespacial, Diana Trujillo,  quien no solo  hizo historia por  su narración en lengua castellana de tan extraordinario acontecimiento, sino también por su participación en el equipo que diseñó y examinó el brazo de este  robot.  

Ante esa noticia tan positiva y, en especial, el papel tan importante que desempeñan las mujeres en el mundo, me puse en la tarea de investigar sobre algunas de las mujeres más destacadas en la historia.  Y también en la labor de reflexionar en torno a lo que significa ser una “gran mujer”:

Khutulun, también conocida como Khotol Tsagaan (Literalmente luz de Luna). Hija de uno  de los gobernantes más poderosos del Asia Central, cuyo reino  se extendía desde la meseta central de Siberia hasta la India.  Fue una guerrera de Mongolia.  A quien,  Marco Polo, calificó como una magnifica guerrera. Ayudó a su padre en muchas batallas, especialmente, contra la dinastía Yuan.  De ella se dice que el hombre que pretendiera obtener su mano,  debía enfrentarse con ella en un combate.  De manera que si el interesado tenía éxito podía desposarse.  De lo contrario, tendría que entregar su caballo.  De ahí que la historia relatara, no sé si con exageración, que esta aguerrida mujer mongol reunió más de 10.000 caballos.   

Marie Curie, científica polaca nacionalizada en FranciaPor sus méritos, fue la primera persona en recibir dos premios Nobel: el de Física en 1903 y el de Química en 1911.  Y en compañía de su esposo, Pierre, fueron los descubridores de la radioactividad, junto a los elementos de polonio y radio. Además, participó en la Primera Guerra Mundial, proponiendo el uso de la radiografía móvil para el tratamiento de los soldados heridos. Por lo que, con el apoyo de la Cruz Roja y la Unión de Mujeres de Francia, equipó un automóvil con un aparato de rayos X portátil. Esta ambulancia fue bautizada como “Petit Curie” y con ella se dedicó a recorrer las líneas de combate para auxiliar a los soldados heridos con un mejor tratamiento médico.

Amelia Earhart, aviadora norteamericana, en 1932, fue la primera mujer en volar sola sobre  el Atlántico.  Se convirtió en el popularísimo icono de la liberación de la mujer y de su integración en el mundo laboral moderno. Su desaparecimiento, en 1937, en el océano Pacífico, cuando intentaba completar el primer viaje alrededor del mundo sobre la línea ecuatorial, sigue siendo un verdadero misterio. E inspiró la película “Amelia”, dirigida  por la cineasta hindú Mira Nair, en 2009, con la actuación de Richard Gere y Hilary Swank. 

Rosa Parks, activista afroamericana, el 1º de diciembre de 1955, se rehusó, en Montgomery (Alabama), a ceder su puesto de autobús a un blanco. Rebelión que implicó el arresto y enjuiciamiento por transgredir el ordenamiento municipal.  Sin embargo, su acto de resistencia civil significó el inicio de una serie de protestas que conllevaron a que en noviembre de 1956, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, declarara inconstitucional la segregación racial en los autobuses. Murió, a los 92 años, en 2005 y fue velada en el Capitolio de Washington, honor concedido a solo 28 personas en la historia de esa nación.   

Margaret Thatcher, primera ministra del reino unido desde 1979 a 1990. Llamada la “Dama de Hierro”, si bien resulta un personaje bastante polémico por su postura ultraconservadora, su participación en la guerra de las Malvinas y su simpatía por Pinochet. Ha sido incluida en esta lista, por haber sido la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra del Reino Unido. 

Angela Merkel, canciller de Alemania desde 2005.  Considerada como la mujer más poderosa del mundo, según la revista Forbes.  Conocida como la “canciller de hierro”, y por tanto, comparada por  algunos aspectos  en común con, la también conservadora, Margareth Tatcher.  Su liderazgo en la Unión Europea resulta  indiscutible: ha presidido el G8 y el Consejo Europeo. Y siempre ha aclarado no tener ideología feminista. 

Sin embargo, retomo el título de este blog para precisar, según mi modesta opinión, que en esa lista, también deben incluirse muchas mujeres que pese a no tener: poder, estudios, fama, notoriedad política, académica o liderazgo. Representan un gran valor para quienes les rodean.  Y, por tanto, también deben considerarse como “grandes mujeres” .

Mujeres que no requieren ser ministras o llegar a un alto cargo político  para considerarse como tales.  Son esos millones de mujeres que madrugan para dar, a los suyos, los buenos días con un desayuno preparado con infinito cariño. Aquellas que multiplican los recursos en tiempos de escasez.  Aquellas que se acuestan muy tarde, agotadas y exhaustas, después de  cumplir con mil deberes como: madres, esposas, estudiantes o  trabajadoras.  Aquellas que en el  trabajo enriquecen y aportan con su perspectiva femenina la labor de una empresa.   Aquellas que no les importa ejercer oficios u ocupaciones reservadas exclusivamente para los hombres. Aquellas que con una simple sonrisa, iluminan el mundo. Y aquellas mujeres sabias, de fe, que con su espíritu fervoroso bendicen con sus plegarias  a sus hijos, familia y amigos.

A todas ellas, grandes mujeres, mi saludo en el Día de la Mujer.

FEB
2021
14

Día de San Valentín

Por: Gloria Dorys Álvarez García

“Al primer amor se le quiere más, a los otros se les quiere mejor». El Principito

Sobre el origen del día de San Valentín se dice que, en el siglo III, en Roma, el emperador Claudio II decidió prohibir la celebración de matrimonios de personas muy jóvenes, ya que consideraba que los soldados solteros defendían mucho mejor el imperio, por cuanto no tenían ataduras ni compromisos familiares. De ahí la idea según la cual los “pobres hombres casados” eran un riesgo para los intereses militares de Roma.

Mas hubo un sacerdote, de nombre Valentín, que, desafiando tan insólita disposición, tuvo la idea de convocar a las parejas de enamorados que desearan contraer matrimonio. De esta manera, celebró en secreto muchos casamientos. Sin embargo, al enterarse de tal desobediencia, Claudio II lo sentenció a muerte el 14 de febrero del año 270.

Luego, a finales del siglo XIV, en Gran Bretaña, Geoffrey Chauce (1343-1400) autor de los Cuentos de Canterbury, fue quien asoció el amor romántico con San Valentín en su poema “The Parlement of Foules”, en el que relata la asamblea de pájaros para elegir pareja, con énfasis en que esa elección tuvo lugar justamente en el día de ese santo:

Porque esto fue en el día de San Valentín,

Cuando cada ave llega allí a su compañera para tomar,

De todas las especies que los hombres conocen, digo

Y luego formaron una multitud tan grande,

Que la tierra y el mar y el árbol y cada lago

Estaba tan lleno, que apenas quedaba espacio

Para mí estar de pie, tan lleno estaba todo el lugar.”

De hecho, justamente, en el mes de febrero, es cuando en algunos países nórdicos los pájaros se emparejan y aparean, razón por la que se ve a esta época como un tiempo de amor y de creación.

Todo lo anterior conllevó a que en muchos países se conmemorara el día de San Valentín como el Día de los Enamorados:

En los Estados Unidos existe el “love is in the air”. Después del día de la independencia y el de acción de gracias, ese día constituye una de las fechas más importantes. Flores, chocolates, peluches e invitaciones son las formas como las parejas lo celebran. En Perú, acostumbran regalar orquídeas o intercambiar poemas de grandes escritores peruanos. El Ecuador, uno de los mayores exportadores de rosas, se inunda de ellas ese día. Y también es frecuente la dedicatoria de serenatas. Al igual, en Colombia, aunque el día del amor y la amistad corresponde al mes de septiembre, algunos no se resisten a expresar su amor con algún detallito o “bobadita”.

Pero de todas estas simpáticas maneras de festejar, hay una que llama mucho mi atención:

Los japoneses siempre se destacan por su ética, honradez, sentido del honor, respeto por el otro, orden, ingenio, amor por el trabajo, pulcritud, etc.. Por ello sus celebraciones, tienen un sello especial, al que no es ajeno el día de San Valentín.

En Japón son las mujeres las protagonistas de la celebración y su aliado es el chocolate. Se celebra desde febrero de 1958, impulsado inicialmente por la compañía de chocolates Morozoff. Y las mujeres son quienes regalan chocolates a los hombres, ya sean sus familiares, amigos o compañeros de trabajo. Dependiendo de la clase de la relación, el chocolate regalado tendrá un significado diferente. Así, el chocolate para el hombre amado se llama honmei-choko (literalmente, chocolate favorito). El ofrecido a los amigos corresponde al tomo-choko (chocolate de amistad). Y el dado a los compañeros de trabajo es el giri-choko (literalmente, chocolate por obligación). 

Pero todo no queda ahí. En 1980 los pasteleros japoneses se inventaron el 14 de marzo como el día blanco o “white day”, una forma de responder con reciprocidad a la generosidad femenina. Fecha en la que los hombres regalan obsequios de color blanco, como chocolate blanco, malvaviscos o incluso ropa interior blanca.

Finalmente, una vez conocido el origen de la celebración del día de San Valentín y sus diversas formas de festejarlo, surge la siguiente pregunta para el lector de este blog:¿vale la pena celebrar el día de San Valentín?, ¿Siendo así, hay que esperar que lleguen hoy los chocolates?. Amigos y amigas, ustedes deciden.

¡Feliz día de San Valentín!